Palabras clave: economía disruptiva, sistemas planificados, cambio técnico, innovación de tecnología, difusión de tecnología, singularidad, disrupción tecnológica, escasez, planificación económica, recursos productivos, economía posescasez, economía agálmica, economía digital. Accelerando, Charles Stross.
Charles Stross (2005), “Accelerando” Ed. Orbit (UK) y Ace (USA), ISBN 978-0-441-01284-8.
Charles Stross (2011) “Accelerando”, Bibliópolis fantástica nº 68, ISBN 978-84-15157-05-2.
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Esta novela muestra que la ciencia ficción puede ser pura economía o que la economía se puede fundir con la ciencia ficción. Establece de forma definitiva el concepto económico en la creatividad del género implantado dentro de la idea de la singularidad.
El desarrollo tecnológico sigue una pauta exponencial. Esto implica que el cambio tecnológico seguirá incrementándose cada vez más rápido hasta que se dispare verticalmente. Lo que exista después será probablemente incomprensible para aquellos que queden. La idea no es sencilla y la novela tampoco. La singularidad tiene una difícil descripción incluso para la ciencia ficción. Tiene sentido que los escritores en muchas ocasiones recurran a la fantasía, al mito, a la poesía o al estilo Stross.
“Diez años más y la capacidad de procesamiento instalada del sistema solar rozará el límite crítico de 1 MIPS por gramo: un millón de instrucciones por segundo por gramo de materia. Después de eso, la singularidad: un punto de fuga tras el cual extrapolar el progreso se vuelve absurdo. El número de años que faltan para llegar al pico de inteligencia tiene ya un solo dígito…”
Accelerando encaja en la descripción anterior. Se trata de una novela con nueve historias breves publicadas previamente de forma separada en Asimov´s Science Fiction entre 2001 y 2004. La trama se ubica antes del advenimiento de la singularidad, a través de ella y en eventos posteriores a la misma. Y en todas las fases hay economía. Es tal el torrente de ideas, detalles, jerga, que necesitas como mínimo, leer con atención sus páginas. Habla de sistemas económicos, empresas, recursos, escasez, economías centralizadas, neoclásicas, agámicas o de posescasez. También habla de comercio, de impuestos, de capacidad de negociación o de engaño, de evolución económica por el impacto de la singularidad, etc.
Y por si lo anterior fuera poco, añade personalidades alienígenas o humanas, seres biotecnológicos, nanotecnología molecular, industrias inteligentes fuera de control, viajes interestelares a través de redes de gusano, copias de la misma persona o de extraterrestres, etc.
Además, hay gran cantidad de vocablos técnicos, prácticamente en cada página. Charles Stross considera que este tipo de expresiones son conocidas por los lectores, lo que hace aún más difícil la digestión de la lectura. Siempre he pensado en Accelerando como una especie de olla a presión llena de ideas a punto de estallar dentro de la cabeza de Stross.
El período actual se sitúa en la presingularidad, recursos escasos y miopía económica, beneficios a corto plazo sin importar las consecuencias. Es la versión de la singularidad en su fase económica inicial, una transformación del sistema neoclásico imperante de forma caótica, extravagante, irónica brutal. Estira el concepto económico hasta deformarlo, pateándolo, despreciándolo en una sátira detrás de otra.
En la sección de negocios, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos está —irónicamente— indignado con las «Baby Bills». Las divisiones escindidas de Microsoft han automatizado sus procesos legales y se han puesto a generar filiales, ofreciéndolas públicamente en venta e intercambiando las denominaciones jurídicas en una parodia estrambótica del intercambio plásmido bacteriano, y lo hacen tan rápido que para cuando llegan las reclamaciones de impuestos sobre los beneficios sobrevenidos, las empresas ya no existen, aunque el mismo personal siga trabajando en el mismo software en las mismas granjas de cubículos de Bombay.
El personaje principal es Manfred Macx, un gestor empresarial dedicado a la inteligencia y que ha hecho fortuna utilizando algoritmos para crear propiedad intelectual. Pero, no hay que pensar en Manfred como un tipo sin escrúpulos en busca de dinero por encima de cualquier caso, eso hubiera sido lo fácil. Charles Stross crea un personaje altruista y sensible; Amber es su hija, reina del Imperio Anillo de Saturno; y Sirhan al-Khurasani es su hijo, una especie de contratista del proyecto de terraformación provisional de Saturno con un destino impactante. Además está Pam, su mujer y su novia Annette. Todas ellas se aprovechan de Manfred, lo manipulan y lo utilizan, por ello se relaciona especialmente con su gato, AINeko.
“Manfred está en la cima de su profesión, que básicamente consiste en que se le ocurran ideas descabelladas pero factibles y en regalárselas a gente que hará fortuna con ellas. Lo hace sin cobrar, gratis. A cambio es virtualmente inmune a la tiranía del dinero; al fin y al cabo el dinero es un síntoma de pobreza, y Manfred nunca tiene que pagar por nada.”
Manfred consigue fundir la singularidad dentro de la economía, es decir el efecto de la tecnología dentro del mundo económico en una era postsingularidad. Sólo este hecho hace que merezca la pena toda la novela. Es una especie de empresario altruista con un don dado que es capaz de procesar toda la información en tiempo actual y futuro. Es capaz de imaginar nuevos modelos de negocio y regalar la idea sólo para ver el impacto en la economía del planeta.
“Trabajo para mejorar la vida de todo el mundo, no sólo por un interés nacional estrictamente definido, Pam. Es el futuro agálmico. Sigues anclada en un modelo económico presingularidad que piensa en términos de escasez.”
A través de algoritmos informáticos consigue modelizar una economía de forma óptima. La panacea de un regulador, de forma que, las necesidades se anticipan a los individuos. Es decir, el gestor económico conoce lo que los humanos desean antes de que sepan lo que realmente desean. Es la más pura idea del planificador óptimo que persiguieron siempre las economías planificadas.
Con semejante información desaparece el concepto de escasez y por tanto la propia definición de economía. Los bienes se generan para satisfacer necesidades futuras de individuos que aún no hayan podido nacer. Es la economía posescasez o economía agálmica, la economía de la abundancia o en términos de singularidad, la economía digital. Los paradigmas económicos implosionan, los recursos dejan de ser escasos, ya se ocupa la tecnología de proveer a todos. ¿Y el dinero? Con recursos infinitos ¿qué sentido tiene? A Stross le encanta el impacto tecnológico y el concepto de singularidad, de hecho, unos años después volvió al tema con Cory Doctorow en “The Rapture of the Nerds”.
“El comunicado de Annette es anodino; una confesión entre risitas fuera de cámara (con el agua salpicando en la cortina de la ducha de fondo) de que el famoso Manfred Macx va a pasar un fin de semana en París de fiesta, drogándose y básicamente montando la de Dios. Oh, y ha prometido inventar tres nuevos cambios de paradigma todas las mañanas antes de desayunar, empezando por la manera de hacer posible la creación de un Comunismo que Exista de Verdad construyendo un aparato de planificación central estatal que se conecte perfectamente con los sistemas de mercado externos y consiga de algún modo superar algorítmicamente a las economías de libre mercado tipo Montecarlo, resolviendo el problema del cálculo económico. Sencillamente porque puede, porque poner la economía patas arriba es divertido y quiere oír los gritos de la Escuela de Chicago.”
En otra parte ataca uno de los axiomas fundamentales de toda la economía, la racionalidad.
—Los seres humanos no son racionales —le dice por encima del hombro—. Ése fue el gran error de los economistas de la Escuela de Chicago, todos ellos neoliberales, y también el de mis predecesores. Si el comportamiento humano fuera lógico no existiría el juego, ¿no? Al final siempre gana la banca.
Pero la escasez en economía es como la energía en física, no se puede eliminar. La energía se transforma y la escasez se redefine. Las necesidades son tan aleatorias como cambiantes, pueden pasar de bienes a servicios, y de ahí a ideas o simples preferencias o inclinaciones no asociadas a bienes necesariamente. Puede ser escasez de ideas, de sensaciones, de calorías, de energía… En consecuencia, la escasez permanece adaptada a cada nuevo concepto de necesidad, cambiante, distinta y tan real como el propio bien. La escasez es el concepto más importante en la definición de economía y probablemente una de las ideas más complicadas de interpretar. O si no mira la interpretación de Manfred.
Este sistema que ha inventado para poner en marcha una economía planificada es increíble y elegante: los herederos de Lenin se habrían quedado pasmados. Pero no es un sistema para el nuevo siglo. No es humano. Manfred se rasca la cabeza.
—A mí me parece que la economía de la escasez no tiene nada de humano —dice.
— De todas formas, en un par de décadas los humanos se habrán quedado obsoletos como unidades económicas. Mi único objetivo es hacer que todo el mundo sea insultantemente rico antes de que eso ocurra.
Pero hay más. Aparecen otras economías, economía 2.0, un sistema evolucionado de procesamiento de datos y modelos económicos impulsados por inteligencia artificial. Este sistema económico 2.0 está más allá de la comprensión humana y sin embargo tiene agentes competidores. Los más competitivos deben estar cerca del sol donde el ancho de banda es mayor. Se trata de la civilización de tipo II de Stross.
“El último imperio comercial a escala mundial, dirigido desde las arcologías de Hong Kong, se ha hundido junto con el capitalismo, que se ha quedado anticuado ante un conjunto de algoritmos deterministas de asignación de recursos muy superiores, denominados conjuntamente Economía 2.0”
Las ventajas de Economía 2.0 son indiscutibles respecto de fases anteriores, sin embargo, al igual que evoluciona la economía deben evolucionar los individuos.
Más en detalle.
“Si coges a un humano y le pones extensiones que le permitan aprovechar al máximo la Economía 2.0, y básicamente le rompes su monólogo narrativo interior y lo sustituyes por un registro de diario de transacciones de oferta/demanda entre varios agentes, será tremendamente eficaz y flexible, pero no será un humano consciente en ningún sentido reconocible del término.”
En la civilización de tipo III o posteriores, Stross nos desarma con una civilización compuesta por red de enrutadores conectados por agujeros de gusano que permite la comunicación a nivel galáctico inmediata. Pero no todos los enrutadores están conectados, muchos de ellos están inactivos en el sentido de que sólo contienen agentes confundidos o marginados y que éstos son idóneos para usarse como moneda en el sentido de valor para intercambio. Es decir, más Stross.
Juan Vega Cervera
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Puedes encontrar más información general de la novela en Wikipedia y amplias opiniones personales en foros de Goodreads. Una discusión de los fundamentos teóricos de la economía en la ciencia ficción / fantasía puedes leerla en “Estado de la Cuestión” en este mismo blog.
Imagen de Gerd Altam en Pixabay y de NASA en Unsplash.