Guía del Autoestopista Galáctico // Douglas Adams

Palabras clave: dinero, consumo, desigualdad, distribución de riqueza, economía institucional, análisis coste beneficio, Bitcoin, criptomonedas. Guía del Autoestopista Galáctico, Douglas Adams.

Douglas Adams (1979) “The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy”, edit. Pan Books. ISBN 0330258648.

Douglas Adams (1991) “Guía del Autoestopista Galáctico”, edit. Anagrama, ISBN 9788433902559.

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“La Respuesta a la Gran Pregunta…de la Vida, del Universo y de Todo… (…) Es… Cuarenta y Dos -dijo Pensamiento Profundo, con calma y majestad infinitas.”

Douglas Adams, Guía del Autoestopista Galáctico

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Esta novela se ha descrito como comedia de ciencia ficción. Su impacto fue de tal magnitud que desbordó incluso la imaginación de Adams, y eso no es poco. Traducida a más de 30 idiomas, radio, cine, videojuegos, televisión, teatro, comics, …  Cuarenta años después, BBC4 emitió de nuevo la serie denominada “fase hexagonal” sobre la novela original. Y un detalle más. Cada 25 de mayo, todos los años y a nivel mundial, se celebra el “Towel Day” o el  “Día de la Toalla”, en recuerdo a este escritor. Muy pocos autores tienen este nivel de reconocimiento a nivel mundial.

Y, ¿qué tiene de especial este tema de la toalla? Merece la pena poner la referencia porque revela la filosofía de la novela y la narrativa del autor con exactitud. En el primer párrafo se indica el valor implícito de la toalla para el viajero galáctico y, en el segundo, el valor explícito que puede ofrecer a los que aceptan a los autoestopistas.

La Guía del autoestopista galáctico tiene varias cosas que decir respecto a las toallas. (…) Uno puede envolverse en ella para calentarse mientras viaja por las lunas frías de jaglan Beta; se puede tumbar uno en ella en las refulgentes playas de arena marmórea de Santraginus V, mientras aspira los vapores del mar embriagador; (…) se puede agitar la toalla en situaciones de peligro como señal de emergencia, y, por supuesto, se puede secar uno con ella si es que aún está lo suficientemente limpia, y lo que es más importante: una toalla tiene un enorme valor psicológico.

Por alguna razón, si un estraj (estraj: no autoestopista) descubre que un autoestopista lleva su toalla consigo, automáticamente supondrá que también está en posesión de cepillo de dientes, toallita para lavarse la cara, jabón, lata de galletas, frasca, brújula, mapa, rollo de cordel, rociador contra los mosquitos, ropa de lluvia, traje espacial, etc. Además, el estraj puede prestar con mucho gusto al autoestopista cualquiera de dichos artículos o una docena más que el autoestopista haya «perdido» por accidente. Lo que el estraj pensará, es que cualquier hombre que haga autoestop a todo lo largo y ancho de la galaxia, pasando calamidades, divirtiéndose en los barrios bajos, luchando contra adversidades tremendas, saliendo sano y salvo de todo ello, y sabiendo todavía dónde está su toalla, es sin duda un hombre a tener en cuenta.

Arthur Dent es el protagonista de la novela y se enfrenta a dos importantes problemas. Van a demoler su casa y también su planeta. La Tierra va a desaparecer de forma fulminante un jueves al mediodía. Arthur no entiende lo que está pasando pero tiene claro que perder todas sus pertenencias junto con su casa es una cosa que no se puede admitir. Por supuesto, su casa es demolida sin contemplaciones pero, hay otro bypass urbanístico más agresivo que es el de su planeta.  Le informan a Arthur que la Tierra va a ser también demolida porque se va a construir una autopista galáctica. Evidentemente tiene que irse del de la Tierra junto con otro superviviente, Ford Prefect. Ambos inician sus andanzas que incluirán algún otro terrícola, un androide paranoico e incluso el Presidente de la galaxia.

Lo primero que observamos es un doble bypass de Arthur, su casa y su planeta, literalmente se queda sin nada. La forma de describir el problema para el primer bypass, el de la destrucción de la casa, es irónica. Arthur discute con el encargado del Ayuntamiento -Mr Prosser- sobre lo adecuado de la vía de circunvalación.

“—¿Qué quiere decir con eso de por qué tiene que construirse? —le preguntó a su vez—. Se trata de una vía de circunvalación. Y hay que construir vías de circunvalación. Las vías de circunvalación son artificios que permiten a ciertas personas pasar con mucha rapidez de un punto A a un punto B, mientras que otras avanzan a mucha velocidad desde el punto B al punto A. La gente que vive en un punto C, justo en medio de los otros dos, suele preguntarse con frecuencia por la gran importancia que debe tener el punto A para que tanta gente del punto B tengan tantas ganas de ir para allá, y qué interés tan grande tiene el punto B para que tanta gente del punto A sienta tantos deseos de acudir a él. A menudo ansían que las personas descubran de una vez para siempre el lugar donde quieren quedarse.”

Los economistas tratamos los bypass mediante análisis coste beneficio. Por ejemplo, para el primer caso, si se construye la circunvalación generará beneficios en forma de ahorro de tiempo de los automovilistas, atascaos y accidentes de vías urbanas, pero también costes, desubicación de personas, tráfico en zonas que antes no lo tenían, etc. Beneficios y costes en un simple ratio. Si es mayor que uno el proyecto está en condiciones económicas de realizarse.  Otra cosa muy distinta es la forma de valorar los distintos beneficios y costes, es decir, su monetización, ahí está la clave de todo. Adams no indica que se use pero la forma de exponerlo, los plazos de exposición pública, etc. indica que debe ser un sistema similar. Los análisis coste beneficio los utilizamos para las derivaciones de carreteras pero también cualquier proyecto de inversión.

La forma de describir la evolución histórica de la civilización galáctica recuerda a las tres preguntas imprescindibles sobre lo que pretende resolver la economía.

“La historia de cada civilización galáctica importante tiende a pasar por tres fases distintas y reconocibles, las de supervivencia, investigación y sofisticación, también conocidas como las fases cómo, por qué y dónde. Por ejemplo, la primera fase se caracteriza por la pregunta ¿Cómo podemos comer? La segunda por la pregunta ¿Por qué comemos? y la tercera por la cuestión ¿Dónde almorzaremos?”

En las primeras clases de economía de cualquier escuela se comienza por plantear las preguntas que intenta responder la economía como ciencia: qué producir, cómo producir y para quién producir. Discriminar entre los bienes que van a ser producidos, cuáles sí y cuáles no, sería qué producir y está asociado a la teoría de Consumo. Observar el nivel de tecnología entre factores de producción para la producción de los distintos productos, productividad y eficiencia, sería cómo producir y se asocia a la teoría de Producción. Por último, decidir a quién va a ser dirigidos esos bienes, puesto que en función de que vayan a un grupo u otro, unos satisfarán necesidades y otros no, teoría de Distribución.

La fase de supervivencia de Adams es “qué producir”, qué bienes vamos a comer y cuáles no, es decir qué se produce y qué no se produce. La fase de investigación es “cómo producir”, es decir, cómo se han hecho esos alimentos, de qué forma, ¿podemos comer lo mismo gastándonos menos? o ¿sería posible comer más gastándonos lo mismo? La fase de sofisticación es “para quién producir”, dónde vamos a comer o dónde dirigimos los alimentos. Podemos ir a un determinado restaurante y ese será el que obtenga los beneficios, en ese caso el resto pierde o no gana. Supervivencia, investigación y sofisticación, el concepto más amplio imaginable en la formación de una civilización galáctica en el concepto microeconómico más trivial. Y todo ello simplificado en un almuerzo.

Adams conoce bien el dinero y sus efectos. De hecho, es extremadamente sensible al valor del dinero. Rechaza la economía de exclusión y, sobre todo, la idolatría del dinero. Afirma que genera miserables y que si la evolución ha sido para alcanzar ese nivel de deterioro social, mejor haberse quedado en formato algas. Y todo con una ironía demoledora. No se anda por las ramas, y en el segundo párrafo del preámbulo del trabajo sitúa sus ideas sobre este tema.

Este planeta tiene, o mejor dicho, tenía el problema siguiente: la mayoría de sus habitantes eran infelices durante casi todo el tiempo. Muchas soluciones se sugirieron para tal problema, pero la mayor parte de ellas se referían principalmente a los movimientos de pequeños trozos de papel verde; cosa extraña, ya que los pequeños trozos de papel verde no eran precisamente quienes se sentían infelices. De manera que persistió el problema; muchos eran humildes y la mayoría se consideraban miserables, incluso los que poseían relojes de lectura directa.

Sobre la distribución de riqueza comenta una aparente contradicción, ¿un éxito económico a nivel galáctico puede terminar en una brutal crisis económica de cinco millones de años?  ¿puedes destruir tu mercado por alcanzar un éxito económico sin precedentes? Es curioso que Adams aporte una idea de socialistas utópicos de hace más de 200 años como Sismondi, Malthus o Rodbertus. Básicamente, el corte teórico de sus ideas era que las crisis se debían a excesos de capacidad y que a su vez estos se debían a las diferencias entre necesidades y deseos de los individuos, lo que llevaría a una pésima distribución del ingreso y a la pobreza generalizada.

En otras palabras, se establecía una inflación productiva empleando mayoritariamente los recursos y generando unos bienes que no satisfacían las necesidades básicas. No se venderían todos los bienes que se generaban y no se podrían comprar los bienes que se necesitaban. Tenemos el desajuste estructural, el desequilibrio entre agentes económicos. Las afirmaciones van en contra directo de la Ley de Say y su consiguiente conexión con la hipótesis de los mercados eficientes, donde los mercados siempre están en equilibrio, la oferta está ajustada a la demanda y la economía en su estado óptimo.

Y así se crearon las condiciones para una nueva y sorprendente forma de industria especializada: la construcción de planetas de lujo a medida. El hogar de esta industria fue el planeta Magrathea (…) Pero tan exitosa fue esta empresa que Magrathea pronto se convirtió en el planeta más rico de todos los tiempos y el resto de la Galaxia se redujo a la pobreza extrema. Y así se rompió el sistema, el Imperio se derrumbó y un silencio largo y sombrío se asentó en más de mil millones de mundos.., perturbado solo por los arañazos de los eruditos mientras trabajaban en la noche sobre pequeños y engañosos tratados sobre el valor de una economía política planificada. Magrathea desapareció y su memoria pronto pasó a la oscuridad de la leyenda.”

Igualmente realiza unos comentarios sobre consumo.

La palanca se soltó. La nave giró bruscamente y se disparó hacia arriba. La tripulación fue lanzada violentamente a través de la cabina. La copia de Ford de la Guía del Autoestopista Galáctico se estrelló contra otra sección de la consola de control con el resultado combinado que la guía comenzó a explicar a cualquiera que se preocupara por escuchar las mejores maneras de contrabandear glándulas de periquitos de Antares… una repugnante delicadeza muy buscada, y los idiotas muy ricos que quieren impresionar a otros idiotas muy ricos a menudo pagan por ellos…

Adams está hablando de “Economía Institucional”. La idea la recojo de un economista de Cambridge y apasionado de la ciencia ficción, Ha-Joo Chang. Se trata de una escuela de pensamiento norteamericana de finales del siglo XIX impulsada por Veblen, Ayres y Mitchell donde se concebía los sistemas económicos como una estructura fundamental del entramado institucional siendo determinante su comportamiento en sociedad.

Describen el consumo conspicuo, despiadado, ostentoso destinado a generar envidias de otras personas. Clases sociales preferentemente altas que apuntalan su prestigio social mediante manifestaciones de consumo exacerbado. Se trata de bienes de consumo en los que la utilidad que proporcionan los asocian a necesidades relacionadas con el prestigio social. Este tipo de comportamientos económicos se observan en todas las épocas, tanto en individuos o familias como en empresas o grandes corporaciones. La analogía está servida, el prestigio y Veblen con los idiotas ricos de Adams y sus periquitos.

JV

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Puedes encontrar más información general de la novela en Wikipedia y amplias opiniones personales en foros de Goodreads. Una discusión de los fundamentos teóricos de la economía en la ciencia ficción / fantasía puedes leerla en “Estado de la Cuestión” en este mismo blog.

Imagen de Benjamin Balazs, TeeFarm y Tumisu en Pixabay.

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