Autonomous // Annalee Newitz

Palabras clave: patentes, propiedad intelectual, mercado de trabajo, trabajos basura, privacidad, ética en el trabajo, esclavitud. Autonomous, Annalee Newitz.

Annalee Newitz (2017) “Autonomous”, ed. Tor Books, USA ISBN 9780765392077.

Annalee Newitz  (2019) “Autonomous”, Minotauro,  ISBN 9788445006290.

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Año 2144. El planeta está dividido en zonas económicas y son las grandes corporaciones las que controlan toda la economía. La división por zonas económicas no está perfectamente definida en la novela, aunque son constantes sus referencias. No obstante, sólo el nombre que incorpora Newitz deja claro cuáles son sus prioridades. No hay ciudades estado o coaliciones de naciones, son áreas delimitadas por la economía. En otras palabras, es la economía la que define su nuevo orden social.

Con tintes ciberpunk y distópicos plantea un futuro no lejano, con libertades limitadas para los individuos por derechos de autor o por contratos y con tecnologías maravillosas que pueden curar enfermedades terribles pero que la población mayoritariamente no accede por recursos económicos. Capitalismo brutal en su versión más competitiva.

“Hace más de un siglo, los científicos comenzaron a argumentar que el sistema de patentes y los datos científicos debían hacerse públicos. Entonces, era popular entre los conservadores afirmar que poner el gen en manos del público resultaría un megavirus o un total colapso de las especies. Los datos abiertos serían la puerta de entrada a un apocalipsis expansivo de la biología sintética. Pero ahora sabemos que no ha habido un gran desastre, solo el desastre en cámara lenta del capitalismo que convierte todos los seres vivos e ideas en propiedades.”

Y ahora la trama en unas líneas. Jack Chen, tal vez ella sea el personaje principal capitaneando un submarino a través del atlántico norte con una carga de drogas basura de producción propia para vender. Aunque tal vez todo no sea así, todavía queda algo de la joven universitaria que un día tuvo un compromiso ético dado que las drogas son para ayudar a los pobres que carecen de posibilidades de adquirirlas.

“El contrabando farmacéutico negro no era exactamente el trabajo que se había imaginado para sí misma hace treinta años, en el fervor revolucionario de sus días de estudiante graduado. En aquel entonces, estaba segura de que podría cambiar el mundo con solo comprometerse con un repositorio de archivos de texto y organizar protestas perfectamente simbólicas contra la ley de patentes. Pero cuando finalmente abandonó los laboratorios de la universidad, su vida se había convertido en una cruda elección: patentes agrícolas para nuevas empresas de mierda, o convertirse en pirata. Para Jack, no fue una elección en absoluto, en realidad no.”

Entonces, una de las drogas que ha distribuido cuyo fin era aliviar el hastío por los trabajos duros y repetitivos comienza a tener efectos no deseados, y a la vez el submarino es atacado por una especie de piratas. Por una parte, la droga “Zacuity” provoca el efecto contrario al deseado matando a las personas por exceso de trabajo, una locura por trabajar sin parar, una adicción mortal. Zacuity es creada por la enorme competitividad del mercado laboral, para intentar sobre llevar la enorme presión de un mercado de trabajo intratable. Por otra, los piratas son eliminados adoptando a una especie de esclavo por contrato, una especie de robot humano llamado Treeezed. Además, hay un importante organismo, la Coalición Internacional por la Propiedad que envía a un mercenario, Eliasz, con su ayudante un tipo de robot pseudofemenino o pseudomasculino o ambas cosas o no se sabe, Paladin, para intentar terminar con los problemas.

Newitz, consigue establecer una relación imposible o inimaginable entre Jack y Treeezed por una parte y entre Eliasz y Paladin por otra. Es decir, entre humanos y robots “bots” como Newitz los llama, entre los creadores y los creados. Por ejemplo, Paladin tiene implantado un cerebro humano de mujer lo que pone las cosas algo más fáciles a Eliasz que no lo ve como “maricón” como dice la autora, pero tampoco como humano, ni tampoco como completamente robot…

Sobre la propiedad intelectual, es otro eje sobre el que se apoya la novela junto con el dinero. Según las leyes de propiedad intelectual, todo pertenece a alguna institución o corporación, y como te vaya estará en función de los recursos económicos y de los escrúpulos que tengas. Las personas no lo tienen fácil en su mercado de trabajo. O tienen recursos económicos para adquirir franquicias –derechos de autor- o terminarán en una especie de período por contrato, es decir, pseudoesclavitud. Los bots no están mejor aunque tienen una posibilidad de ser autónomos.

“Iqaluit es una ciudad fea”, gruñó Eliasz, uniéndose a Paladin en la ventana.

 “Sus cúpulas están inspiradas en las de Las Vegas, ¿lo sabes?”

“Una ciudad con cúpula en el desierto occidental de la Zona de Libre Comercio”, vocalizó Paladin.

Es el centro de la industria de recursos humanos. Un montón de chicos malos hay allí. Mierda y esclavitud de mercado negro. Las personas allí no valoran la vida humana, por lo que construyen con esta basura barata que deja pasar demasiados ultravioleta. Iqaluit se ve exactamente igual, excepto que mucho más limpio y nuevo. Paladin se preguntó si Eliasz se oponía al sistema de patentes. Había repositorios completos que se enfocaban en eliminar la identidad de los humanos. Sus expertos argumentaron que los humanos no deberían ser poseídos como bots porque nadie pagó para fabricarlos. Los bots, que cuestan dinero, requieren un período de contrato para que su fabricación valga la pena. No se requería tal incentivo para que los humanos hicieran otros humanos. Independientemente de lo que pensaran los expertos, la gran mayoría de las ciudades y zonas económicas tenían algún sistema de identidad humana. Y Vegas fue donde los humanos se vendieron. Sus complejos abovedados se dedicaron casi por completo al procesamiento, la capacitación y la contratación de recursos humanos”.

En resumen, en este trabajo lo que predomina es el mundo relacionado con las farmacéuticas y sus patentes y la inteligencia artificial, todo ello con trasfondo económico. En concreto la novela está inmersa de propiedad intelectual, derechos de propiedad, productos farmacéuticos y el mercado de trabajo es su versión más ética o más despiadada, esclavitud o trabajos basura y degradación del trabajo por automatismo o inteligencia artificial. Tanto para humanos como para autómatas.

Juan Vega

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Puedes encontrar más información general de la novela en Wikipedia y amplias opiniones personales en foros de Goodreads. Una discusión de los fundamentos teóricos de la economía en la ciencia ficción / fantasía puedes leerla en “Estado de la Cuestión” en este mismo blog.

Imágenes de Gerd Altmann en Pixabay.

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