Palabras clave: Economía ecológica, economía cooperativista, economía de recursos naturales, economía del medioambiente, moneda basada en energía, moneda basada en calorías, capitalismo, socialismo, paradoja de Jevons, trabajos basura, tragedia de los bienes comunales, economía del regalo. Marte Rojo, Kim Stanley Robinson.
Kim Stanley Robinson (1992) “Red Mars”, Ed. Spectra / Bantam Dell / Random House, USA, ISBN 0553092049.
Kim Stanley Robinson (1993) “Marte Rojo”, Ed. Minotauro, ISBN 9788445076811.
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La trilogía se compone de tres conocidos trabajos sobre Marte, Rojo, Verde y Azul. Marte Rojo se publica en 1992, Marte Verde un año después y Marte Azul en 1996. Los trabajos acumulan numerosos premios como el premio de la Asociación Británica de ciencia ficción de 1992, el premio Nébula de 1993 o el premio Hugo de 1994 y 1997. Robinson realiza un trabajo brillante dentro de la ficción especulativa catalogado como ciencia ficción dura. Bajo pautas científicas establece las condiciones de habitabilidad de un nuevo planeta y sus controversias sociales y económicas. Este monumental trabajo configura la potencial base de la expansión de la humanidad por el sistema solar.
Marte Rojo
Marte Rojo describe los preparativos para el viaje a Marte y su colonización inicial. El libro detalla el viaje y los primeros asentamientos tanto en Marte como en Fobos, luna de Marte. Se trata de un primer contingente de 100 personas, rusos y americanos.
Rápidamente se establece un primer debate entre los colonos de gran intensidad. Hay opiniones muy diferenciadas sobre la forma de colonización del nuevo planeta. Por una parte, hay un grupo importante de colonos apoyados por Saxifrage “Sax” Russel un físico que apoya la intervención directa y la transformación inmediata del planeta, conocido como la posición verde. Por otro lado, una parte importante de la colonia apoya a la geóloga Ann Clayborne, cuya opinión es más ecologista en el sentido de mínima intervención preservando el planeta en su estado original, posición roja. Se imponen los verdes. Recuerda de alguna forma a los debates en torno al cambio climático y sus diferentes formas de ver su solución por parte de los países. Por el impacto de la tecnología y la necesidad de recursos, Marte se desarrolla de forma intensa y exagerada y comienzan a tener problemas de sobre población y abastecimiento.
La población se había cuadruplicado, las multitudes vivían y dormían en las calles y en los parques, la planta física se veía desbordada, y los gases y la comida pronto se agotarían.
Por otra parte, a la Tierra no le iba mucho mejor, sobrepoblada y con problemas de recursos.
La Tierra es un mundo perfectamente liberal. Pero la mitad de la población se muere de hambre, y siempre ha sido así, y siempre lo será. Muy liberalmente.
Otro debate está relacionado con el control de la colonia por parte de la Tierra. La idea es el rechazo de cualquier control o autoridad de la Tierra liderado por un componente del grupo ruso, Arkady Bogdanov. De hecho se produce la primera sublevación contra la Tierra. Tierra que, por otra parte, comienza a tener serios problemas de abastecimiento por escasez de recursos. Además, grandes corporaciones comienzan a tener el control primero de estados pequeños y luego de grandes países.
Por tanto, lo que desean de Marte no es tierra, sino recursos o dinero. Marte es un medio para obtener recursos allá en casa. Van con retraso respecto al norte a causa de los recursos que les expoliaron en los años coloniales, y esperan recibir algún tipo de retribución.
(…)
—«Marte no es una nación, sino una fuente de recursos para el mundo» —citó Frank con ironía—. Dicen que no se puede permitir que la pequeña fracción que vive aquí controle los recursos que necesitan en la Tierra.
Dos personajes importantes, Vlad y Marina, investigan sobre tratamientos de longevidad que tienen éxito con implicaciones importantes en el desarrollo de la novela.
La viabilidad económica del tratamiento…
Noticias de un medicamento para la longevidad en Marte, allá entre los atestados miles de millones. Dios mío…—. ¿Es caro? —No demasiado. Lo más caro es la lectura del genoma, y requiere tiempo. Pero no es más que un procedimiento, ya sabes, sólo tiempo de computadora. Es muy posible que se pudiera inocular a todo el mundo en la Tierra. Pero el problema demográfico allí ya es crítico. Tendrán que instaurar un control de población bastante drástico, o de lo contrario se volverán todos maltusianos muy pronto.
Y las consecuencias socio económicas del mismo…
Hay un montón de países sin espacio y sin recursos, diez mil millones de seres humanos que viven pisoteando su propia mierda. —Creí que me habías dicho que en la Tierra todo estaría siempre haciéndose pedazos. —Esto no se hace pedazos. Piénsalo… Si ese maldito tratamiento sólo llega a los ricos, entonces los pobres se rebelarán y todo explotará… pero si el tratamiento llega a todo el mundo, entonces las poblaciones crecerán tanto que todo explotará. ¡De cualquiera de las maneras es el fin! ¡Ya hemos llegado al fin!
Desde nuestro punto de vista son dos personajes especiales puesto que crean un nuevo sistema económico, que podría denominarse eco-economía o economía ecológica. Superficialmente se configura como el valor humano en kilocalorías de la mano de obra, en profundidad, está basado en pautas del sistema capitalista y socialista añadiendo consideraciones importantes de carácter ambiental.
Marina y Vlad eran especialmente interesantes en este tema, ya que habían desarrollado un sistema de ecuaciones para lo que llamaban «ecoeconomía», que a John siempre le sonó como «economía del eco». Le gustaba escuchar como explicaban las ecuaciones, y les hacía un montón de preguntas, y aprendía conceptos como capacidad de carga, coexistencia, adaptación recíproca, mecanismos de legitimidad y eficacia ecológica.
—El problema es el cálculo de los valores —indicó Marina—. Sólo hemos tenido que asignar valores numéricos calóricos a todas las actividades, y luego continuar desde ahí. —¿No hablábamos de economía? —preguntó John. —Pero esto es economía, ¿no lo ves? ¡Ésta es nuestra eco-economía! Todo el mundo tendría que ganarse el pan, por decirlo de algún modo, de acuerdo con su contribución a la ecología humana. Cualquiera puede acrecentar su eficacia ecológica sí reduce las kilocalorías que emplea: éste es el viejo argumento del Sur contra el consumo de energía de las naciones industrializadas del Norte. En esa objeción había una base ecológica real, ya que sin importar cuánto produjeran las naciones industrializadas, en la ecuación más amplia no podían ser tan eficientes como las del Sur.
Se basan igualmente en una crítica fundamentalmente al sistema capitalista, tanto a las grandes corporaciones que consumen más recursos de los que producen creando desequilibrios para la sociedad, como a los trabajos que denominan “parasitarios” porque no agregan nada a la economía ecológica.
—¡Hay infinidad de trabajos fantasma! ¡Valores irreales asignados a la mayoría de los trabajos! La clase ejecutiva transnacional no hace nada que no pueda hacer un ordenador, y hay categorías enteras de trabajos parasitarios que no aportan nada al sistema según la valoración ecológica. La publicidad, la especulación, todo el aparato para hacer dinero manipulando dinero… no sólo es un despilfarro sino que además corrompe; los valores significativos del dinero se distorsionan con semejante manipulación. —Sacudió una mano en un ademán de hastío.
De forma implícita introducen en el debate la paradoja de Jevons que establece una correlación positiva entre la escasez y la utilización de la eficiencia y la tecnología. Es decir, aumentos en la productividad y en la innovación técnica harán que la tasa de agotamiento de los recursos se incremente. Máxima tecnología que termina resultando perjudicial al agotar los recursos por el sobre consumo. Robinson observa igualmente en la Tragedia de los Comunes una consecuencia inevitable de los mercados capitalistas. El enriquecimiento personal, ya sea de los individuos o de las grandes corporaciones, con cargo al conjunto de la sociedad es una losa que la estructura capitalista soporta.
Por último, Robinson establece una conexión clara entre economía y poder, argumentando que la economía ha terminado siendo el engranaje necesario que soporta las decisiones políticas. Una realidad que admite poca discusión.
—De cualquier manera, eso es parte importante de la economía: gente que, arbitrariamente o por una cuestión de gusto, asigna valores numéricos a cosas que no son numéricas. Y luego pretende que no ha inventado los números, cosa que ha hecho. En ese sentido la economía es como la astrología, pero además sirve para justificar la estructura del poder, y por eso cuenta con un montón de apasionados creyentes entre los poderosos.
Juan Vega
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Puedes encontrar más información general de la novela en Wikipedia y amplias opiniones personales en foros de Goodreads. Una discusión de los fundamentos teóricos de la economía en la ciencia ficción / fantasía puedes leerla en “Estado de la Cuestión” en este mismo blog.
Imágenes de CharlVera, Sergei Tokmakov y Aynur Zakirov en Pixabay.