Palabras clave: Economía ecológica, economía cooperativista, economía de recursos naturales, moneda basada en energía, moneda basada en calorías, economía de regalo, capital humano, capital natural, altruismo, economía de mundo saturado, tragedia de los comunales, dilema del prisionero, Índice de Desarrollo Humano (IDH). Marte Verde, Kim Stanley Robinson.
Kim Stanley Robinson (1993) “Green Mars”, Ed. Spectra / Bantam Dell / Random House, USA, ISBN 0553096400.
Kim Stanley Robinson (1998) “Marte Verde”, Ed. Minotauro, ISBN 978844507257.
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Segundo trabajo de la conocida trilogía sobre Marte. Continuación de Marte Rojo donde se establece el primer contacto con el planeta y se configuran las posiciones iniciales para su intervención. En Marte Verde se comienza a producir una transformación efectiva del planeta para darle condiciones de habitabilidad.
Marte Verde
El impacto de la colonización sobre Marte empieza a tener efectos con extensiones de algas extremófilas. Los cambios en la biósfera se hacen reales calentando la superficie de Marte desde espejos orbitales de enormes tamaños. Igualmente se procede a derretir la capa de hielo del polo norte y excavar agujeros profundos para formar volcanes con el fin de realizar la atmósfera marciana.
Al mismo tiempo en la Tierra se produce un hecho que cambiaría el futuro de Marte. La erupción repentina de volcanes debajo de la Antártida provoca fuertes inundaciones y millones de muertos. El caos medioambiental que se produce en todos los niveles en el planeta marca el momento adecuado para que la revolución en Marte se haga efectiva. Pero el caos económico por la escasez de recursos no es menos importante, implicando a la sociedad presente e hipotecando a las futuras.
» Hemos estado liquidando nuestro capital natural como si fuera sustituible, y esto nos ha llevado al borde del agotamiento de ciertos productos vitales, como el petróleo, la madera, el suelo, los metales, el agua potable, los peces y los animales. Esto hace difícil la expansión económica continua.
(…)
La expansión continua es uno de los principios fundamentales de la economía, y por tanto uno de los fundamentos del universo. Porque todo es economía. La física es economía cósmica, la biología es economía celular, las ciencias humanas son economía social, la psicología es economía mental, y así todo.
Y en esta línea, Robinson establece comparaciones en el concepto de capital. La tierra se ha situado en el peor de los escenarios posibles, con una intensa degradación económica y medioambiental. Se replantea el mismo concepto de capital, humano y natural con su nivel de complementariedad y/o sustituibilidad.
—Bien, como afirma Daly, el capital humano y el capital natural no son sustituibles. Quizá sea obvio, pero en vista de que muchos economistas se empeñan en que sí son sustituibles, hay que insistir.
—Creía que el capital era por definición lo que el hombre crea. Los medios de producción producidos, o así me enseñaron a definirlo.
—Tiene razón. Pero en un mundo capitalista, la palabra capital tiene cada vez más acepciones. Se habla por ejemplo de capital humano, que es lo que la clase obrera acumula a través de la educación y la experiencia laboral. El capital humano difiere del capital clásico en que no puede heredarse, y sólo puede ser contratado, no vendido ni comprado.
—A menos que tengamos en cuenta la esclavitud —apuntó Art. Fort frunció el ceño.
—El concepto de capital natural se parece más a la definición tradicional que el de capital humano, porque puede ser poseído y legado, y se lo puede dividir en renovable y no renovable, comercializable y no comercializable.
La Tierra ha de adaptarse a las nuevas condiciones medioambientales y socio económicas. Los modelos teóricos de producción ya no son viables. Se trata de la “economía del mundo lleno” de Robinson.
El cambio de la economía de mundo vacío a la de mundo lleno es un paradigma muy importante. (…) La economía de mundo lleno no es el fin de la economía. Sólo significa el fin de los negocios como se habían venido haciendo hasta ahora.
¿Y cuáles son esos negocios de la economía de un mundo saturado? ¿Cómo puede resolverse el problema? Y sobre todo ¿qué consecuencias tiene? Las propuestas son distintas, creativas y a veces tenebrosas. Por ejemplo, un virus que termine con buena parte de la población o limitar la natalidad incluso fraccionando el concepto de individuo.
Liberar un vector de plaga que mataría a todo el que no hubiese recibido el tratamiento gerontológico.
—Yo concedería a todo el mundo un título de paternidad que le daría derecho a ser padre de tres cuartos de niño —dijo Art cuando le llegó el turno. (…) —Tres cuartos de niño —repitió Fort con una sonrisa, y todos rieron de nuevo—. Me gusta. —Las risas se detuvieron en seco. — Ese modelo acabaría fijando valor monetario a una vida humana en el mercado. Hasta el momento, el trabajo hecho en este campo ha sido una chapuza. Balance de ingresos y gastos durante la vida y cosas por el estilo. — Suspiró y meneó la cabeza. — Lo cierto es que los economistas cocinan sus números en la trastienda. El valor en realidad no es un cálculo económico.
Robinson se fija en los modelos de crecimiento económico y los agregados que lo miden, rechazando el concepto de Producto Interior Bruto y sus derivaciones y acercándose mucho más a los indicadores de crecimiento de Naciones Unidas. En concreto, se fija en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) adaptándolo a su Índice de Crecimiento Económico (ICF).
Tenemos que encontrar países con PNB bajos y pésimos ICF.
—¿ICF? —preguntó Art.
—Índice de Crecimiento Futuro. Es una alternativa a la valoración según el PNB que tiene en cuenta la deuda externa, la estabilidad política, la salud medioambiental y así por el estilo.
Vlad y Marina son sensibles al observar los tipos de economía que se producían en parte de los subterráneos de Marte. En concreto, el régimen que observaron de desinterés en los aspectos materiales basado en la economía del regalo. También les influyó algunos estudios árabes sobre conceptos tradicionales del mismo tipo. Se trata de las teorías sociales que impregnan la economía ecológica de Vlad y Marina. Sin embargo, pronto se dan cuenta que la economía del regalo es una utopía debido fundamentalmente a los problemas de escasez. Es difícil el puro altruismo en condiciones de escasez.
—¡Estoy liberando a la gente de su ridícula noción de la economía, eso es lo que estoy haciendo! La economía del regalo está muy bien, pero no está lo suficientemente organizada para nuestra situación actual. Hay artículos esenciales que todo el mundo necesita, y la gente tiene que darlos, lo cual es una contradicción, ¿no es cierto?
—Y ese sistema…
—Bien, es una especie de vía de doble sentido: pueden seguir dando cuanto quieran, pero se asigna un valor a los artículos de primera necesidad y se los distribuye de manera adecuada. Y no te puedes imaginar la de discusiones que me trae el asunto; la gente puede ser muy insensata.
Introducen en el sistema una especie de moneda basada en calorías que ya estaba configurada en el primer libro de la serie “Marte Rojo” y centrada en la economía del regalo.
—Es la economía del regalo —añadió Vijjika.
—¿La economía del regalo?
—Forma parte de nuestra manera de llevar los asuntos. Hay una economía monetaria para el viejo sistema de compra y pago que utiliza unidades de peróxido de hidrógeno como dinero. Pero la mayoría de la gente trata de regirse por el patrón del nitrógeno, que es la economía del regalo.
Detallan aún más…
Así que ahora intentan elaborar un sistema racional en el que las necesidades se consideran en una economía cuya unidad básica es el peróxido de hidrógeno, y en la que el precio de las cosas depende de su valor calórico. Una vez cubiertas esas necesidades, la economía del regalo entra en acción, empleando el patrón del nitrógeno. De modo que hay dos planos, la necesidad y el regalo, o lo que los sufíes del seminario llaman el animal y el humano, expresados por los distintos estándares.
El altruismo es un concepto muy discutido en economía y también es comentado en la novela. El neoliberalismo económico, la corriente imperante en la economía desde hace décadas lo deja bien claro: maximización de beneficios con pautas egoístas y con poco o ningún encaje al altruismo. Luego economía y altruismo serían conceptos antagónicos. Robinson le da otra vuelta al concepto entendiendo altruismo como una extensión de la economía exclusivamente para sus propios fines y para ello se basa en conceptos de Teoría de Juegos y Economía del Bienestar.
Fort se sentó en una de las hamacas y les soltó una conferencia sobre egoísmo y altruismo, tomando ejemplos de la economía, la sociología y la bioética. Llegó a la conclusión de que, estrictamente hablando, el altruismo no existía. Sólo era una forma de egoísmo previsor, un egoísmo que reconocía los costes reales del comportamiento y los pagaba para no acumular deudas. Una práctica económica muy acertada si se la dirigía y aplicaba de la manera apropiada. Para demostrar su teoría, Fort les propuso varios juegos, como «El dilema del prisionero» o «La tragedia de los comunes».
De igual forma hay comentarios sobre una constante en los trabajos de Robinson, las opciones, complementarias o sustitutivas sobre el sistema capitalista. Robinson observa un símil entre los sistemas feudales y los capitalistas lo que le lleva a proponer sistemas alternativos, de corte social y de corte ambiental pero no utópico.
Cierta mañana habló del feudalismo durante tres horas. Dijo que era la expresión política más clara de la dinámica de dominación del primate, y que en realidad nunca había desaparecido; el capitalismo transnacional era feudalismo a gran escala, y la aristocracia del mundo tenía que encontrar el medio de integrar el crecimiento capitalista en la estabilidad inamovible del modelo feudal.
Las claves de funcionamiento de un potencial gobierno de Marte, independiente de la Tierra, se establecen en Marte bajo siete puntos centrales. Queda claro que el modelo económico medioambiental marca la pauta del futuro de Marte.
» Cuatro. Los frutos del trabajo individual pertenecen al individuo, y ningún otro individuo o grupo puede apropiarse de ellos. Al mismo tiempo, el trabajo humano en Marte forma parte de una empresa comunitaria que se debe al bien común. El sistema económico marciano debe reflejar ambos factores, y contemplar tanto el interés individual como los intereses del conjunto o la sociedad.
» Cinco. El orden metanacional que rige la Tierra en la actualidad es incapaz de asimilar los dos principios anteriores, y por eso no es aplicable aquí. En su lugar debemos utilizar una economía basada en la ecología. La meta de la economía marciana no debe ser el desarrollo sostenible, sino una prosperidad sostenible para la biosfera entera.
Juan Vega
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Puedes encontrar más información general de la novela en Wikipedia y amplias opiniones personales en foros de Goodreads. Una discusión de los fundamentos teóricos de la economía en la ciencia ficción / fantasía puedes leerla en “Estado de la Cuestión” en este mismo blog.
Imagen de Reimund Bertrans y Alexander Antropov en Pixabay.