La Luna es una Cruel Amante // Robert A. Heinlen

Palabras clave: Economía colonial, producción, ingresos, beneficios, rentabilidad, anarquía, anarquismo racional, escasez, recursos productivos, contabilidad creativa, mercados, distribución. La Luna es una Cruel Amante, Robert A. Heinlen.

Robert A. Heinlen (1966) “The Moon is a Harsh Mistress”, Edit. G.P. Putnam´s Sons, USA, ISBN: 312863551.

Robert A. Heinlen (1974), “La Luna es una Cruel Amante”, Acervo, ISBN: 8470021782.

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Robert A. Heinlen es uno de los “Tres Grandes” con Asimov y Clarke, es decir, no es sencillo realizar algunos comentarios sobre un autor con 4 premios Hugo y que es más conocido como “Decano de la Ciencia Ficción”. Su novela fue publicada en 1966, es decir, tres años antes que el Apolo 11 consiguiera lo inimaginable. Desarrolla una historia sobre el proceso de independencia de la Luna respecto a la Tierra con un soporte fundamentalmente económico.

La trama es más que conocida. Establece una rebelión contra la Tierra en una especie de cárcel de máxima seguridad en la Luna. Se trata de una cárcel por la privación de libertad, pero en realidad es un agujero de indeseables que la Tierra utiliza para quitárselos de en medio. Se ubica en 2075 y se centra fundamentalmente en las colonias subterráneas de la Luna donde se concentran unos tres millones de personas: criminales, exiliados, individuos de cualquier índole no deseados y sus familiares. La sociedad lunar es fuertemente hostil. Tienen sus propias reglas y costumbres, sus propios códigos de funcionamiento. El control que realiza la Tierra es cuasi exterior de tal forma que los “Loonies” funcionan prácticamente de forma independiente.

La conexión con la economía se establece de forma inmediata y de hecho es el motor del proceso revolucionario. Las principales industrias lunares son la minería de hielo y la agricultura hidropónica. Se habla de producción, ingresos, beneficios, monedas, capacidad adquisitiva y, con claridad, se establece el problema de fondo, ausencia de rentabilidad de las explotaciones lunares por una Autoridad de la Tierra explotadora. Se inicia el germen de la revolución por la economía y por el recurso más apreciado: el agua.

–Soy minero –dijo–. Aprendí a buscar y a arrancar hielo trabajando para el Alcaide, como la mayoría de vosotros. Hace treinta años que trabajo por mi cuenta y me desenvuelvo bien. He criado ocho hijos y todos se han abierto camino. Debería decir que me desenvolvía bien… porque ahora hay que perforar más lejos o más hondo para encontrar hielo.

«Eso es normal: todavía hay hielo en La Roca y un minero sabe que hay que trabajar para sacarlo. Pero la Autoridad paga el hielo al mismo precio ahora que hace treinta años. Y eso no es normal. Peor aún, la moneda de la Autoridad ha perdido poder adquisitivo. Recuerdo cuando los dólares de Hong Kong Luna valían lo mismo que los dólares de la Autoridad. Ahora se necesitan tres dólares de la Autoridad para comprar un dólar HKL. Yo no sé qué hacer… pero sé que hace falta hielo para que las granjas produzcan.»

Existe un importante malestar en el satélite de la Tierra. Los productos esenciales para el mercado lunar no son rentables. Empiezan los problemas.

La realidad es que estamos siendo desposeídos de nuestros recursos básicos… y que ni siquiera nos pagan a precios de mercado libre. Este es el motivo por el cual la Autoridad se muestra tan obstinada: quiere continuar explotándonos. La idea por la que la Luna ha costado mucho dinero a Tierra y cuya inversión debe ser amortizada es una mentira inventada por la Autoridad para justificar el trato que nos da, como si fuéramos esclavos. La verdad es que Luna no le ha costado a Tierra un solo centavo durante este siglo… y que la inversión original quedó amortizada mucho antes.

Se podría organizar un intercambio de bienes entre ambas economías, Luna y Tierra. El comercio favorecería a ambos mercados. Idea implícita desde David Ricardo en su “Teoría de la Ventaja Comparativa” desde hace más de dos siglos. Idea que ha desarrollado las economías de una forma exponencial.

–¡Muy bien! ¡Sobresaliente! –exclamó el profesor–.

El cultivo de cereales requiere agua y abonos: fosfatos, etc., dicen los expertos. Si ustedes nos envían esos elementos, nosotros se los devolveremos convertidos en cereales. Envíen a Luna agua de mar, pescado podrido, animales muertos, boñigos de vaca, sus propios excrementos (no se molesten en esterilizarlos, nosotros hemos aprendido a hacerlo con más facilidad y a menor coste), y les devolveremos tonelada por tonelada de trigo dorado. Multipliquen por diez sus envíos, y les devolveremos diez veces más grano. ¡Caballeros, en Luna hay cuatro mil millones de hectáreas en espera de ser labradas!

Aquello les desconcertó. Luego, alguien dijo lentamente:

–¿Y qué obtendrán ustedes a cambio? Me refiero a Luna.

El profesor se encogió de hombros.

–Dinero. En forma de bienes de consumo. Hay muchas cosas que ustedes fabrican a muy buen precio y que en Luna son muy apreciadas. Medicamentos. Herramientas. Libros microfilmados. Adornos para nuestras encantadoras damas. Compren nuestros cereales, y podrán vendernos esas cosas a precios interesantes para ustedes.

Pero Tierra no está dispuesta a ceder su colonia, su propiedad. Además, Tierra tiene problemas importantes de hambrunas en la zona del sureste asiático y depende completamente de las exportaciones de trigo que realiza la Luna. Pero, los recursos son escasos y susceptibles de usos alternativos, como indica cualquier definición de economía. La base de materia prima para producir trigo es un recurso finito y se establecerán carencias en la propia Luna de seguir con esa política de exportaciones. Esto se llama escasez y entra en juego.

Los tres millones de personas que habitan en la Luna representan una ínfima parte respecto a los once mil millones de seres que habitan la Tierra. Los Loonies son esclavos económicos del sistema. No son esclavos en sentido literal puesto que no fueron comprados ni vendidos, sólo deportados. Pero son esclavos en el sentido económico puesto que no deciden qué producir o qué consumir, qué comprar o qué vender. Hay una auténtica necesidad de un mercado libre, sin la presencia de la monopolizadora Tierra.

–¿Qué esperas que hagamos, gospazha? ¿Tirarle piedras al Alcaide? Wyoh sonrió.

–Sí, podríamos tirar piedras. Pero la solución es tan sencilla, que todos vosotros la conocéis. Aquí en Luna somos ricos. Tres millones de personas trabajadoras, listas, hábiles, agua suficiente, abundancia de todo, energía inacabable. Pero… lo que no tenemos es un mercado libre. ¡Debemos deshacernos de la Autoridad!

–Sí… pero, ¿cómo?

–Solidaridad. En HKI, estamos aprendiendo. La Autoridad cobra demasiado por el agua: no comprar. Paga demasiado poco por el hielo: no vender. Ejerce un monopolio sobre la exportación: no exportar.

(…)

Suponiendo la existencia de un mercado libre, el aumento de su beneficio sería del orden de un séxtuplo. Pero esto sería contrapesado por otro factor: los precios más altos para las exportaciones provocarían un aumento del precio de todo lo que se consume en Luna, bienes y trabajo. El efecto total sería un aumento del nivel de vida del orden del ciento por ciento. Esto iría acompañado de un vigoroso esfuerzo para perforar más túneles de cultivo, extraer más hielo, mejorar los métodos de cultivo, todo ello conducente a aumentar la exportación. Sin embargo, el Mercado Terráqueo es tan amplio y la escasez de alimentos tan crónica, que la reducción del beneficio provocada por el incremento de la exportación no sería un factor preponderante.

Hay otro concepto interesante relacionado con el concepto del desarrollo y declive de las estructuras–estado. Heinlen habla de anarquismo racional, concepto claramente influenciado por la Escuela Austríaca de Economía. Lo sitúa en palabras del “Profesor” el inductor teórico del levantamiento.

–Pero… Profesor, ¿cuáles son sus creencias políticas?

–Soy un anarquista racional.

–No conozco esa categoría. Anarquista individualista, anarquista comunista, anarquista cristiano, anarquista filosófico, sindicalista, libertario… todas esas las conozco. ¿Qué es anarquista racional?

–Es el que cree que conceptos tales como «estado», «sociedad» y «gobierno» no tienen existencia salvo como ejemplarización física en los actos de individuos autorresponsables. Cree que es imposible compartir el pecado, atrubir responsabilidades, ya que el pecado u la responsabilidad se producen en el interior de los seres humanos individualizados y en ninguna otra parte. Pero, siendo racional, sabe que no todos los individuos se atienen a sus principios, de modo que trata de vivir perfectamente en un mundo imperfecto… convencido de que su esfuerzo no será perfecto, pero sin dejarse desalentar por ese convencimiento.

El problema de hacer efecto la revolución es un puro problema económico. Hace falta dinero para cada fase, cada etapa. Todo se construye con base a disponer de suficiente financiación.

Dinero para propaganda, dinero para sobornos, dinero para organizaciones clandestinas y para infiltrarse en organizaciones legales; dinero para exponer la verdadera naturaleza de la economía de Luna (Stu se había marchado cargado de cifras) en términos científicos y luego en forma popular; dinero para convencer al Departamento de Asuntos Extranjeros de una nación importante, de las ventajas que reportaría la existencia de una Luna Libre; dinero para vender la idea de turismo lunar un consorcio poderoso… ¡Demasiado dinero! Stu ofreció su ‘propia fortuna y el profesor no rechazó el ofrecimiento: donde está el tesoro estará el corazón. Pero continuaba siendo demasiado dinero, y excesivo el trabajo a realizar.

El plan financiero para la rebelión. La idea central para obtener fondos es simple y efectiva con el apoyo de Mike, la computadora que controlaba toda la contabilidad lunar.

El plan magistral de Mike enunciaba cierto número de problemas que tenían que ser resueltos. Uno de ellos era el de las finanzas. Otro, cómo proteger la catapulta de un ataque espacial. El profesor habló de atracar bancos para resolver el primero, y renunció a ello de mala gana. Pero eventualmente robamos a bancos, a empresas y a la propia Autoridad. La idea se le ocurrió a Mike. Y el profesor y él la perfeccionaron. Al principio, Mike no comprendía para qué necesitábamos dinero; pero, en fin, él manejaba millones de dólares y se ofreció a endosarnos un cheque por la cantidad que nos hiciera falta.

El profesor se estremeció de horror. Y le explicó a Mike lo que ocurriría si tratábamos de hacer efectivo un cheque de 10.000.000 de dólares, pongamos por caso. De modo que se pusieron de acuerdo en hacerlo, pero a base de involucrar muchos nombres y lugares en todo Luna. Todos los bancos, empresas, tiendas y entidades, incluida la Autoridad, que utilizaban a Mike para su contabilidad, aportaron su contribución a los fondos del Partido. Era una estafa piramidal basada en el hecho, desconocido para mí pero conocido por el profesor y latente en la inmensa erudición de Mike, de que la mayor parte del dinero es simple teneduría de libros.

La filosofía dominante en la luna es la famosa palabra “Tanstaafl”, la descripción de una utopía libertaria que nos proporcionó Heinlen. Señala algo más que conocido, “nada es gratis”, “todo se paga”, “todo tiene un precio”. El concepto también es asociado a Milton Friedman. El término ha adquirido máxima relevancia cuando se observan los servicios “gratuitos” de las grandes plataformas digitales. Lo cierto es que cuesta pensar que tal evidencia tenga un origen tan cercano.

Verá, en Luna hay dos millones de varones y menos de un millón de hembras. Un hecho físico, tan básico como la roca o el vacío. Añada a eso tanstaafl: «Nadie regala nada». Cuando una cosa escasea, su precio aumenta. Las mujeres escasean, y esto las convierte en la cosa de más valor en Luna, más valiosa que el hielo o el aire, ya que a los hombres sin mujeres les tiene sin cuidado vivir o no vivir. A no ser que se trate de un Cyborg, si le considera usted un hombre, cosa que yo no creo.

En esta novela se ha resaltado fundamentalmente la generación de ideas para soportar una revolución, el ansia de libertad ante el opresor despótico, la autodeterminación como la solución a todos los problemas, etc. Pero menos veces se ha incidido en que en el auténtico motor de la misma es la economía. Los levantamientos lunares se producen cuando se hacen patentes las carencias de todo tipo, o bien, el despótico opresor terráqueo se hace evidente por la necesidad de mantener la producción de bienes lunares. Toda la novela es una preparación en términos logísticos pero sobre todo en términos económicos, de una potencial independencia de la Luna soportada por la economía.

Juan Vega

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Puedes encontrar más información general de la novela en Wikipedia y amplias opiniones personales en foros de Goodreads. Una discusión de los fundamentos teóricos de la economía en la ciencia ficción /fantasía puedes leerla en “Estado de la Cuestión” en este mismo blog.

Imágenes de LoganArt y Pete de Pixabay.

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